Como los niños apenas están comprendiendo cómo funciona el mundo, pueden sentirse frustrados cuando las cosas no salen como ellos esperan. Entenderlos, en lugar de enojarnos, puede ayudar a evitar un berrinche. Aquí te decimos por qué.
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Imagina: tu pequeño hace un berrinche porque no quiere dejar el patio de juegos y tú tienes cosas que hacer en casa. Ponerte en sus zapatos puede hacer que se calme más rápido e incrementen su conexión. La próxima vez, presiona un botón imaginario de “pausa”. Da un paso atrás, ve el cuadro completo ya ordena tus pensamientos. Concéntrate en él, estando tranquilo. Escúchalo, pero no respondas de inmediato. Imagina que eres un detective investigando la escena. ¿Cuál es la verdadera razón del problema? Sé empático de manera discreta, asintiendo con la cabeza y con sonidos como “mmm” y “oh”. Una vez que vea que comprendes sus sentimientos, puede que se detengan. Si aún están molestos, dile frases como: “Veo que te sientes frustrado por esto”. Quizás tu hijo esté calmado para este punto, y si no es así, recuérdale que gritar y hacer berrinche no es la mejor opción para obtener lo que quiere. Enséñales estrategias para calmarse (como contar hasta 10 antes de reaccionar, o respirar profundo). Aléjate y observa cómo tu empatía ayuda a que tu pequeño deje ir sus emociones negativas y ¡puedan pasarla bien! ¿Quéestrategias usas para afrontar su frustración?
Al demostrar empatía a tus hijos, les estás enseñando a ser empáticos con los demás, al poner el ejemplo. Si todos fueran tolerantes y cuidadosos, el mundo sería un mejor lugar.